3.8.07

Abismal



La incertidumbre se hacia intolerable. Le parecia que el tiempo se arrastraba con pies de plomo, mientras un viento maligno le empujaba a él hacia el borde de un negro abismo. Sabía lo que allí le esperaba; lo veía, y, estremeciéndose, se apretaba con manos húmedas los párpados quemantes, como si quisiera privar de la vida su mismo cerebro y volver las pupilas a su cueva. Era inútil. El cerebro tenía su propio alimento en que cebarse y la fantasía, que el terror tornaba grotesca, se contorsionaba y retorcia como un ser vivo, bailaba como un maniquí repugnante sobre un tablado, y gesticulaba atrozmente. Luego, de pronto, detúvose el tiempo. Si, aquella cosa ciega y jadeante cesó de arrastrarse, y horribles pensamientos, una vez muerto el tiempo, acudieron corriendo y sacaron de su tumba un futuro espantoso, que le mostraron. Quedó sin poder apartar de él los ojos. El mismo exceso de horror le convirtio en piedra.
Oscar Wilde "El retrato de dorian gray"

No hay comentarios.: