Entro

Y es cuando el frio penetra la piel, que las copas de los arboles con sus ramas como manos pretenden el deseo de algun dia, quizas, poder tocar el cielo. Indivisible, en el medio de la calle, muerdo la manzana mas colorada del almacen, y me deslizo suavemente por mi menton. Ella, dulce como ninguna, viajo desde tan lejos solo para probar q era capaz. Y yo, la esperaba nadando con los ojos abiertos bajo el agua.

El escenario, muchas veces me hizo sentir que estaba como en una piramide. Y en ese momento bajaba por una escalera techada con telas envueltas. El movimiento seguia muy lento. La tranquilidad era profunda y mistica. Fue aca cuando podia percibir que habia espiritus que aparecian en la imagen. En los lindes de lo que puedo ver y lo que no, permitiendome ellos sentirlos, pero no verlos. Solo su poder bajo la estela de su rapidez.