No es un pedazo de comida. Es un inmune vitalizador de energia cuoagulante. Asfixiante. Que desata y acongoja el colapso del presente. Del escudo del laurel. Un suave sueño de morfina me despierta del letargo y el perfume del jazmin difiere del oxido de mi piel, lo obscurece y lo enternece. Y una pluma me acaricia, me levanta con su melodia de penumbras melancolias haciendose eco de inocencia, y tenencias egoistas que te dan la espalda y te dejan solitario bajo un fresno despechado. Tengo frio, y es el aterrorizante quiebre de la tierra como truenos en mi mente que piadosos se despechan y te desafian a la mas fea. Vaya a saber uno que es lo que ella lamenta, si es causa o consecuencia. Si es tener que devolver o pedir prestado. Es mirarse para adentro y preguntarse ¿Que es verdad y que es injuria? Oh lujuria del sentimiento! no te miento si no quiero porque no te pertenezco. Aunque debo, y no espero vomitar la sal del perdonar o maltratar a los que van a sin respirar. Que rechinan y salpican amargura y avaricia, aburridos de caricias, trembulas picazones sin razones, moldeables sin sabores. Un estante vacion entre libros sin hojas sostenidas por el vicio interrumpido.
Y me miro, no es el rio es solamente el gozo de estar vivo. Es mojar con la luz que brilla dentro mio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario